Buenas a tod@s de nuevo. Como ya os he confesado en alguna ocasión, soy una enamorada de las masas caseras. Por muchos motivos pero en especial, porque el sabor es inigualable.
Hoy os traigo una masa brisa, para quichés o tartas (ya sean dulces o saladas), de muy fácil elaboración. El detalle principal de este tipo de masa es que no tiene que trabajarse mucho sino que nos tiene que quedar algo arenosa. La receta solo lleva harina (unos 220 g), un huevo, mantequilla (unos 80 g son suficientes) y una pizca de sal (en este caso, también le agregué una pizca de azúcar porque iba a elaborar con ella una tarta dulce).
No mezclé mucho los ingredientes y envolví en papel transparente para dejar reposar una media hora en la nevera. Después la saqué, la trabajé con el rodillo y la dispuse en la bandeja para el horno.
Quedó realmente buena, espero que os guste:
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